Creo que la decisión que tomates fue una de las que más daño me ha producido, no a mi corazón si no a mi persona. El sentirme utilizada. Pero tengo que decirlo, admito que pase un corto periodo de tiempo mal. No porque te largarás y me dejarás sola a mi suerte. Si no por el simple hecho de que algo en mi había muerto, con cada promesa que salía de tu boca, y jamás cumpliste. Aprendí, que no podía llorar, por algo que jamás me perteneció. Por algo que, en ningún momento, mostro interés por mi bienestar. Hoy miro atrás, y te doy las gracias por decidir no solo por ti, si no por dos personas ajenas a tus pensamientos. O por lo menos, una decisión que me excluía de ellos.Pasé largo tiempo, buscando culpables, creo que demasiados. Culpándome más de una vez, a mi misma. Por el siempre hecho de sentirme, una de esas muñecas de exposición. De ésas que todo el mundo se cree que pueden manejar a su antojo. Pero me equivoqué. No soy mujer de estar en exposición como si de un trofeo se tratase. Tal vez, me estoy equivocando contigo pero prefiero pensar esto, que volver a caer al hoyo que tanto me costó remontar y olvidar.
La vida está hecha para aprender de ella, aunque se nos vaya la vida aprendiendo. Aunque estés volviendo a intentar lo que un día echaste a perder, hoy la que no quiere y la que ha cambiado de mentalidad soy yo. La que ha encontrado lo que tú jamás le podrías ofrecer, a parte de dolores de cabeza, y malas decisiones. Hoy te puedo dar las gracias por a verme dejado en la estacada, por creer que jamás podría dejarte de lado, sin que ni una mirada procedente de tus ojos, me hiciera durar del presente que hoy poseeo, y de las posibilidades y buenas decisiones que he obtenido. Puesto que, este es el presente que quiero. El futuro que quiero conocer, contigo a cuatro mil kilometros de distancia. Porque ya encontré la suela de mi zapato, esa que me va también que es con la que quiero caminar durante este largo camino que conocemos tanto tú como yo, como la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario