Un abrazo, solo eso.

Necesito un abrazo, no por compromiso ni por deber. Quiero un abrazo de verdad. A veces no es necesario que hable, a veces siento que las personas que realmente me tienen cariño tienen que notarlo. Que me siento sola. Que me miro al espejo y no estoy agusto con los que mis ojos ven. Estoy cansada de esto, de tirar y de luchar. De subir y de bajar, estoy harta de mi. De ser como soy, de ser tan vergonzosa a veces que parece que desperdicio mi vida. O de ser tan orgullosa que quiero ser yo, y solo yo quien apoye y guíe mis pasos. Pero supongo que no debe ser así. Supongo que estoy ciega y que no veo lo que tanto deseo ver. Abrigo, consuelo algo, explicasiones de esto que siento porque realmente, no se lo que siento. Estoy bien, pero al mismo tiempo no. Quiero estar, y al mismo tiempo quiero ausentarme. No sé que pasa, pero me ahogo. Yo no jamás he pedido que estén pendiente de mi a todas horas. Jamás he pedido que me observen a todo momento. Pero hoy desearía estar a gusto, estar con quien realmente quiera estar a mi vera. Y ser como yo realmente soy, sin ataduras, sin miedos, sin verguenzas... Desearía desaparecer tan lejos, que nadie me encuentre hasta que yo así lo decía, pero al mismo tiempo quiero que me busquen y que me encuentren a pesar de lo que yo diga, a pesar del tiempo.

Luchar por derechos

No me considero ni derecha ni de izquierda, sencillamente soy de esas personas que lo único que intentan encontrar es un país con igualdad de condiciones, para todos los españoles. Hemos llegado al punto en el que aquellos que exigen libertad de expresión, son los primeros de sobrepasar las ideas de los demás para alzar la voz, olvidando lo que tanto exigen. 

La situación en la que nuestro país esta entrando, es preocupante. La medida, de quitar becas y ayudas estudiantiles a jóvenes de cuyas familias no constan con la suerte de poder acostear una una carrera, de 1500 euros y más, hace que volvamos a los tiempos en los que los ricos, tenía ocasión de aprender. Mientras que los que no tenía ese bienestar económico, tenía que trabar para servir a los "Señores". 

Es triste ver a unos jóvenes tener que buscar por todos los rincones de este país, la mínima ayuda para tener un futuro por el que luchar. Puesto que ahora, no tenemos un futuro asegurado, como hace años atrás. Hoy, 11 de Octubre, en todas las universidades de españa, estamos luchando por nuestros derechos. Derechos que nos están arrebatando a cada paso que logramos dar, a duras penas.

Repito, que no soy de ningún partido en concreto, puesto que para mi punto de vista todos son unos mentirosos, que no se mueven por el bien y el beneficio común si no, por el propio. Estos políticos que muchos españoles pensaron que arreglarían el país, con sus promesas de tan buen color, nos están llevando a tiempos donde nadie tiene derecho. Llevando a un país, a la inorancia completa. 

Por eso, tanto como yo una estudiante española que busca un presente en el cuál construir unos cimientos fuertes, para un futuro concreto, como tantos otros estudiantes que vemos que nuestros derechos se están cayendo día a día, a manos de unas personas que solo buscan sus propios beneficios y un sueldo que jamás han tocado "por el bienestar del país", si no tocando tanto Educación como Sanidad.

Amistad.

Un conjunto de sentimientos que salen a la luz cuando estoy con ellas, con ellas que la palabra amistad no es simplemente siete letras sueltas, sino una palabra que vale su peso en oro, con la que todo parece más sencillo. Serán simples amigas para las personas que ven desde lejos, esta hermosa amistad. Pero para mí, son esa parte de mi que siempre llevo conmigo.

Momentos especiales.

Cuando miras, y lo ves; sonriéndote como si no existiera nada, solo ese pequeño momento. El tiempo corre, pero parece que ahí parados uno enfrente del otro no pasara nada. Entonces un pequeño suspiro sale, al pensar que ojalá todos los momentos de nuestra vida fuera así de perfectos, donde nada malo parece existir, donde solo una mirada es testigo de ese pequeño momento.

Esta vez, no.

Cuantas veces lloré por cada duda tuya. Cuantas veces quise bajarte la Luna por una simple mirada de confianza. Cuantas veces me sentí como un cero a la izquierda. No tienes ni idea, cuantas veces quise estar en el lugar tuyo para que no tuvieras que elegir, pero no pude.
Creo que la decisión que tomates fue una de las que más daño me ha producido, no a mi corazón si no a mi persona. El sentirme utilizada. Pero tengo que decirlo, admito que pase un corto periodo de tiempo mal. No porque te largarás y me dejarás sola a mi suerte. Si no por el simple hecho de que algo en mi había muerto, con cada promesa que salía de tu boca, y jamás cumpliste. Aprendí, que no podía llorar, por algo que jamás me perteneció. Por algo que, en ningún momento, mostro interés por mi bienestar. Hoy miro atrás, y te doy las gracias por decidir no solo por ti, si no por dos personas ajenas a tus pensamientos. O por lo menos, una decisión que me excluía de ellos.
Pasé largo tiempo, buscando culpables, creo que demasiados. Culpándome más de una vez, a mi misma. Por el siempre hecho de sentirme, una de esas muñecas de exposición. De ésas que todo el mundo se cree que pueden manejar a su antojo. Pero me equivoqué. No soy mujer de estar en exposición como si de un trofeo se tratase. Tal vez, me estoy equivocando contigo pero prefiero pensar esto, que volver a caer al hoyo que tanto me costó remontar y olvidar.
La vida está hecha para aprender de ella, aunque se nos vaya la vida aprendiendo. Aunque estés volviendo a intentar lo que un día echaste a perder, hoy la que no quiere y la que ha cambiado de mentalidad soy yo. La que ha encontrado lo que tú jamás le podrías ofrecer, a parte de dolores de cabeza, y malas decisiones. Hoy te puedo dar las gracias por a verme dejado en la estacada, por creer que jamás podría dejarte de lado, sin que ni una mirada procedente de tus ojos, me hiciera durar del presente que hoy poseeo, y de las posibilidades y buenas decisiones que he obtenido. Puesto que, este es el presente que quiero. El futuro que quiero conocer, contigo a cuatro mil kilometros de distancia. Porque ya encontré la suela de mi zapato, esa que me va también que es con la que quiero caminar durante este largo camino que conocemos tanto tú como yo, como la vida.

El tiempo.

Cuantas veces abré escuchado promesas que tiempo después todavía sigo esperando, aunque sin la misma fe que en tiempos pasados. Tal vez, en esto se basa nuestra existencia, es esperar y esperar, pensando que lo mejor está por venir; aunque no sepamos cuando, pero pensamos que llegará.
Pues tengo que decir, que nos equivocamos tantos ustedes, como yo. La vida no se compone en esperar algo bueno, puesto que el poder ver la luz de Sol con solo abrir la ventana, o contar con personas que realmente te quieran, es lo bueno que sin darnos cuenta esperamos. Puesto que, dejamos de valorar lo que ya tenemos por eso, porque ya lo tenemos, y ansiamos poseer más que lo que nosotros pueden alcanzar a ver. Errando y olvidando, que estamos a aquí para vivir el día a día, haciendo locuras y más tarde arrepentirnos, pues somos jóvenes y si ahora no disfrutas de la vida, más tarde no podrás darle atrás al tiempo.

Tal vez resulta extraño que haya borrado todas las entradas anterios. Pero es algo, que tenía ganas de hacer. Casi todo lo que estaba aquí escrito, eran pensamientos y sentimientos que hoy en día ya no existen, y otros que han cambiado. Es cierto, que hay cosas que siguen iguales o mejores, pero hace dos meses que entre en un periodo de mi vida, que todo esta cambiando. Periodo en el que me tengo que enfrentar a cosas del pasado, para valorar más lo que hoy tengo. Y senciramente creo que esto, es algo que a lo largo de mi vida tendré que hacer. Aunque sea de esas personas que intenta dejar el pasado atrás y centrarse en este presente que es mi realidad.